Tradición

“En el Pueblo de Indios de Payantume, el desierto se detuvo a descansar y sació su sed, porque vio que el río había humedecido el suelo y todo estaba cubierto de un manto verde. Aquí germinaron semillas de diversas especies y algunas provenientes de otras tierras, como los olivos, traídos por los conquistadores desde España”.

Entre majadas y vallecitos interiores, la familia González se ha dedicado al trabajo de la tierra en el Valle del Huasco. Siempre inquietos y atentos a los cambios, las madres y padres de esta familia comenzaron el cultivo de los olivos sevillanas, hoy centenarios en la localidad de Huasco Bajo.

Entrando al siglo XX, codo a codo, mujeres y hombres trabajaron en la preparación de aceitunas sevillanas y la elaboración artesanal del aceite de oliva.

Hoy en día, la tradición se mantiene. Los nietos y bisnietos, mantienen el legado, pero al igual que ellos, atentos y prestos, han buscado la innovación y la originalidad para perfeccionar y mantener viva la tradición olivícola del Huasco.

Payantume en la actualidad, se dedica a la elaboración de aceitunas y en especial, a la producción de Aceite de Oliva Virgen Extra. Guiado por principios de comercio justo y agricultura orgánica, ha significado que nuestros aceites han sido galardonados a nacional e internacional, por sus variedades sevillana y manzanilla.